La publicidad contribuye a que se asocie delgadez con belleza, elegancia y aceptación social, ayudando a crear y reforzar un estereotipo social, o idea que se asume como normal y válida para todos los miembros de una sociedad. Los anuncios presentan imágenes de personas que no corresponden con la realidad, y al comparar nuestra imagen con la de estos modelos es cuando nos sentimos insatisfechos con nuestro cuerpo.
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